sábado, 28 de abril de 2012

Delta del Ebro. 56 km.




Podría decirse que, hoy, he pasado el día intentando ir de un punto a otro y, por poco no lo connsigo, jajaja. La de canales que tiene ésto. Y ni mi amigo, casi podía ayudarme. Cuando salí de l'Aluet, Área del Trabucador, tenía intención de llegar a la Punta del Fangar, pero tenía que hacerlo desde la playa de la Marquesa. En Deltebre, pregunté a un muchacho que me mandó a la playa de Riumar para, desde ahí, bajar al faro. Y resultó que ese camino era imposible, pues hay que hacerlo andando por la playa, empujando la bici cargada y son como 10 km. Había que dasandar lo andado.
Hasta ese momento, comida en bar incluida (por cierto, barata y buena), todo fue según lo esperado, de alguna manera. Había viento y tocaba de frente pero, afortunadamente, no aumentó, si acaso, bajó un poquito. El día estuvo nublado y brumoso y me dediqué a cruzar el delta de un lado a otro como loco, siguiendo a la maquinita, que no atinaba ni ella a sacarme del atolladero. Y todo, por la rabia que me daba desandar el camino ya hecho. Tras ir y venir por entre arrozales, llegué a mi destino. Bueno, es un decir, porque llegué a la playa de la Marquesa. Desde aquí, hasta el faro, hay que hacerlo andando, y son de 5 a 7 km, creo, y a Rocinante dejarlo abandonado. Como eso no es posible, me quedo sin ver el faro y el día de hoy casi perdido.
El Delta tiene sus campos de arroz, o secos o recién sembrados y, en éste momento, los están inundando. Pájaros hay muchos y distintos, pero no en bandadas. No he visto más que tres o cuatro flamencos.
El clima, está en condiciones de ponerse a llover en cualquier momento y el aire es un coñazo para la tienda. Tocaba buscar una buena parcela que me protegiera de las inclemencias. Desde la carretera, vi esta casa, retirada y con un porche que podría servir. Estaba ya instalado, preparando la cena, ya de noche, cuando una furgoneta ha enfilado el camino. Me calcé con rapidez y me ví echado y con razón, de una propiedad privada. Tuve la fortuna de que el señor fuera muy comprensivo y, riendo, me dijo que había venido a ver si sus campos se estaban inundando, como así era, y que podía quedarme sin problemas. Gracias. 
Y la noche, sólo ha tenido de particular, las explosiones que, cada poco, suenan. Pensé que eran cazadores, pero durante la noche, han seguido. Bum, bum, bum.... Me gustaría saber que són. Y, el lunes, me llaman de la Cope de Vinaròs, para una entrevista, jajaja. 


Hormigueros


Tractor para los arrozales



Sacos de arroz

Camara del cine Coliseum en Deltebre

Espantapájaros-gorro y peluca

El Delta



Mi campamento








Vinaròz- Delta del Ebro. 46 km.




Ayer, llegué a éste pueblo, donde el azar me deparó una entrevista en un canal de televisión local. He dormido junto a unos cortados al mar, en las afueras de la ciudad, con alguna pequeña actividad a mi alrededor, que ya empieza a no preocuparme. Me levanté y me fui a trabajar en las entrevistas. Bufff, al principio tuve muchas negativas, pero también debía ser que mi química no estaba en sintonía. Poco a poco, la cosa mejoró y luego había quedado con el Alcalde, Juan Bautista. Me contó que habían suprimido los teléfonos móviles, por ejemplo, como medida de ahorro en la corporación, además de otras medidas que lo sitúan, según sus palabras, en uno de los municipios más económicos de España, en cuanto a gasto. Tiene, aproximadamente, 29.000 habitantes, hay 23 nacionalidades, con casi un tercio de la población. 
Los Langostinos de Vinaròz, famosos entre los de su especie, con marca y todo, fueron traídos de Africa, en los tiempos en los que los árabes habitaban la zona. Tan bien enraizaron, que su fama traspasó fronteras y, un duque francés de Vendôme, murió de un atracón de ellos en la zona, jajaja. Ya comió.
La localidad, fue fundada por una colonia de leridanos, me han contado, y era colonia de Peñíscola. 
Salí escopetado, después de las 2 de la tarde y, sin contratiempos, excepto un tramo que me hice por la 340, el resto fueron caminos y carreteras locales. Llegué a  Sant Carles de la Rapita y, me adentré en el delta del Ebro. Hablando con la Alcaldesa de Ploblenou del Delta, Encarna, me cuenta sus problemas en conseguir la aportación para las obras necesarias en el municipio, de 168 habitantes. Me cuentan que, cerca del mar y de la laguna, hay un embarcadero en el que puedo instalarme, a sotavento de miradas indiscretas. 
El lugar, al que se llega por una pista de arena de mar, en la que Rocinante se empeña en hundirse, es fantástico para instalarse, salvo que te recibe un cartel que dice claramente: prohibido acampar y el dibujo de una tienda. Veo que hay, más allá de mi parcela, tres supe-furgonetas de variados paises aparcadas, haciendo caso omiso (jejeje, en el cartel, también está dibujada su super-furgo). Decidí, pues, comprar la parcela e instalarme sin que nadie me viera salvo uno que, cual dios, andaba sobre las someras aguas y, viniendo de lejos, llegó hasta mí, para saludarme y añadir ¡buen sítio, si señor! y desaparecer después. (tras la esquina).
Y, todo hecho, a dormir.














miércoles, 25 de abril de 2012

Villa la Cubanita/Corral de Roda-Vinarós. 40 Km.




La dormida ha sido de las que dejan huella por lo larga y profunda. A las 20,30, aprox., estaba encamado y caí como un angelito. A las 4,30, me desperté, descansado, jjajaja, pero no era cosa de ponerse a la marcha, por esos caminos pedregosos. Así que me tocó dormir un par de horas más. A pesar de ello, cuando me sesperté, estaba muy perezoso y, si hubiera tenido comida, igual me había quedado en la cala, todo vago. Sabía yo, que después de tanta holganza y buena vida, iba a pagarlo caro, jajaja. 
Peeo no había qué comer y empezaban a sonarme las tripas. Entre tanto, llegó un paisano, bien pronto, que puso sus carnes a dorar a veinte metros de mi campamento, pero con discrección, jajaja. Tan pronto terminé de empacar todas las cosas, me reintegré al camino de piedras, que cada vez estaba en peor estado. Acabé bajado y empujando a Rocinante, no por cuestas, si no por los meños de gran tamaño que nos hacía botar constantemente. Llegué a pensar que se iba a romper un radio. Al rato, mejoró, y se podía hacer montado. Una joya. Pegado al mar, cruzando el Parque Natural de la Sierra de Irta, con unos paisajes preciosos, entre arboledas de pinos, algarrobos, huertos, matorral, a un lado, y al otro, una costa abrupta en su forma. La carretera-camino bordea en su totalidad la costa, hasta Peñíscola, que como un gran transatlántico, aparece en el horizonte, cuando doblas una colina. Precioso, seguro, en su recorrido, gracias a mi nuevo amigo, y hasta con un puertecito de montaña, de juguete, pero que te hace emplearte a fondo. 
Y he llegado a Peñíscola. Cada vez que llego a una localidad, enclavada en una montaña, enmudezco. Se, que para llegar al asunto, hay que subírse dicha montaña. Y como, en general, fueron fortalezas, las cuestas no son pequeñas. Tras subirlas y disfrutar del recorrido, recalo a comer un bocadillo. Ya no tenía ni hambre. Una pájara de cuidado me avisó al poco de empezar. La hice caso y me lo tomé con calma y mucha agua, porque no tenía otra cosa. Y después, al Ayuntamiento. Me gustan los ayuntamientos pequeños, los de dos  o tres puertas, nada más. Cuatro a lo sumo. 
A pesar de ello, Peñíscola, que tiene tantas puertas como le son necesarias, me ha recibido cordialmente y, pronto, he podido entrevistar a la Concejal de Cultura. Creo, que en el facebook del Ayuntamiento hay algo relativo a mi visita, me han contado en otro pueblo. Y, tras pasear un poco por ella, de nuevo me he pegado al mar y he viajado, empujado por los alisios, hasta llegar a Vinaròs.
Mi amigo, el gps, me daba satisfacciones, pero también sinsabores. Quiero decir. Para instalarlo, dado que la barra del manillar, que va del eje, hacia delante, la llamada potencia, es corta, tuve que bajar el ángulo de la potencia para alinearla con el eje. Con ello, el manillar, se alejó de mí y bajó. Y el bolso delantero, a caer, me aprisionaba los cables. Un desastre. Hasta que llegué a Vinaròs. Aquí, Tony, de bicicletas El Gayo, se sacó de la manga un bricolaje que ha permitido devolver el manillar a su estado original. Y, encima, regalo de la casa. Gracias, Tino. 
Pero hoy, el día iba de gastos. Mi amigo, había agotado sus pilas y el reloj kuentakilómetros lleva avisando desde Asia. Paré en la ferretería Ric Roc, de Francis, que me regaló la pila del reloj y me hizo un buen descuento en la caja de pilas, jajaja, que le compré (los jajaja, tienen mensaje para una persona).
Y Vinaròs venía cargado de sorpresas. Por las casualidades de la vida, y tal y tal, para no hacerlo largo, me han hecho una entrevista para un canal de televisión local. Rocinante y yo, estábamos todo radiantes, aunque a mí, se me ha olvidado meter la tripa, suerte que llevaba el abrigo, jajaja.Me han hecho preguntas, seguro que cuando las vea, me da la risa, porque estaba nerviosete, jajaja.
Después del extenso día, feliz y contento, me busqué una parcela. Hoy estoy, como aquel que dice, en la ciudad. Mañana, he quedado con el Alcalde, para retratarle y hacerle mi entrevista. Antes tengo que hacer cosas y luego avanzar, cambiar de provincia. Otra vez a los caminos. 


Cangrejo de Benicarló.

Parany, al fondo a la izquierda.





La parcela de hoy.



Benicassim-Villa la Cubanita/Corral de Roda.49 km.


Que conste que esta mañana, a la vista del aire que hacía y de lo vago que me estoy haciendo, jajaja, pensé en quedarme un día más. Pero me hice al camino, dejando atrás el confort y, con buen día y llano maravilloso, para ir cogiendo fuerzas, fuí navegando por la estela de caminos que me marca el señor gps. Elijo éste o aquel. Porque veo a dónde van. Total, que tanto he elegido, que estoy por un camino de cabras precioso, eso sí. Llevo casi comida para acampar, van 50 km y es un paraje muy bonito, con una playa pequeña y solitaria.  Decido acampar aquí y no hacer más kilómetros, tomar el sol y disfrutar de los alisios, jajaja, o los que sean, de poniente, eso sí. El viento va in crescendo y la tienda está clavada a la arena, jajaja. Veremos esta noche si no se me desmonta todo el tinglado. De momento, es una maravilla. Y también espero que no haya una subida extra de marea, jajaja. O las dos cosas, jajaja. 
En realidad, estoy en un enclave denominado nudista, pero no hay un alma, más que la mía. O eso pensaba yo, porque cuando tomaba los soles en cueros, pasó un individuo que luego volvió a pasar y luego volvió a pasar. Me puse el pantalón, que tenía a mi vera y parece que comprendió el mensaje. Entre tanto, otro más mayor, con una especie de capacho al hombro, deambulaba, sorpresivamente, por los alrededores. Todo ello, sin molestar a nadie. Ahora, ya estoy vestido de otoño, listo para cenar y acostarme pronto, para madrugar mañana y, por aquí, ya no hay un alma.
Y, hoy, sólo he sido un hombre-gps, así que no he parado en ningún pueblo a trabajar, sólo he camineado y huido del confort, to tristón que podía haber ido, pero no, las alegrías de lo nuevo me despertaron y pronto me encontré planeando sobre la tierra.


Vía verde del tren Benicàssim-Oropesa

Puerto de Oropesa

Pozo de la Torre del Carmen

Torre del Carmen

Humedal




camino de cabras

Mi amigo, señalando la ruta ya realizada, puntos blancos sobre rojo.

La parcela de acampada