Nuevamente aire y mal día. El tiempo está muy revuelto y feo y cada vez amenaza más con llover. Esta mañana he salido tarde por colgar las cosas en la web y hacer otras labores de oficina, a las que he sacado bien poco resultado. Y hoy no me he perdido, jajaja. He dado vueltas, sí, pero sin perderme. Incluso la ruta que he seguido por indicaciones personales no aparecía en el gps, con lo que iba ciego, pero contento. Total, que sin quererlo ni comerlo, me he plantado, caminos mediante, en L'Ampolla, que estaba gris oscuro y daba miedo acercarse porque parecía que estaba cayendo el diluvio. Y no.
El día seguí muy gris, pero no rompía a llover y despacio, pues hoy ha habido alguna cuesta, he llegado a L'Ametlla de Mar. Y hoy he decidido, por segunda vez en el viaje, he decidido comer caliente para que no sea todo pan relleno. He parado en casa Julian, que tenían un menú de domingoby he comido estupendamente, sin dejar nada. Al entrar, un grupo de personas, que estaban comiendo en la calle, me han preguntado por mi proyecto, ya que lo llevo escrito en la camiseta y les he contado. Hemos charlado un ratillo y luego me he metido dentro a a comer, mientras ellos me dijeron que me vigilaban a Rocinante, no hiciera de las suyas.
Cuando ya había acabado de comer, ha venido uno de los comensales de fuera a avisarme que ya se iban y que me habían invitado a la comida. Genial y muchas gracias. Después, los del restaurante, me han invitado al agua mineral que me hiciera falta. Muchas gracias también, como no.
Y bien comido, después de hacer fotos y entrevistas a todos los dueños y empleados del restaurante, he continuado la marcha con una tripa desacostumbrada a ir tan llena, jajaja. Tenía que hacer ejercicio, así que, como el Circuito de Calafat estaba muy cerca, me he ido a dar unas vueltas al mismo y así bajar la barriga. Sólo me han dejado dar un par de vueltas, pero yo creo que ha sido por que las motos iban picadas por llevarme siempre a su rebufo (con alforjas y todo). Una vez bien digestado, he continuado por la 340 un tramo, porque no había escapatoria, pasando por Vandellós a todo trapo para no ponerme fosforito, como Homer y llegando a Hospitalet de L'Infant. Aquí estaban de Feria de Abril, pero yo estaba con otras preocupaciones para andarme con lunares. Estaba empezando a llover, iba escaso de comida, para ser sábado y tenía que comprar la parcela.
El cielo estaba negro del todo y llovía cada vez un poco más. Buscaba desesperadamente donde establecerme, pero no encontraba nada. Finalmente, ya bastante mojado, vi a lo lejos una casa con pinta de no ser utilizada. Me acerqué a ella y vi la puerta cerrada. Está en plena ciudad y es una antigua, se ve, caseta del tren, pegada a la vía. Miré por todos los lados, pero las ventanas estaban con rejas y cerradas. Cuando llegué a la puertaq, se me ocurrió empujarla y, zás, se abrió. Pa dentro!. Y aquí estamos, Rocinante y yo, apalancados en un rincón de una casa que aún tiene enseres, aunque está todo tirado y revuelto. He cogido una manta que he visto por ahí, bastante limpia y esta es mi cama, en el suelo, con la colchoneta y el saco. Ya he cenado y, de momento, nadie ha venido. Y espero que siga así hasta mañana.
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