Menos mail que he dormido a cubierto, porque ha llovido de lo lindo, jajaja. Por la mañana, la señora del caserío de enfrente, me invitó a un cafelito bien caliente y a un trozo de bizcocho, después de dar un buen paseo por los guapìsimos alrededores, antes de tirarme cuesta abajo, que es lo que pasa cuando al equivocarte, te subes una gran cuesta.
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Gorozika |
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Gorozica |
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Uffff, cafelito muy caliente y bollo, por gentileza de Aintzane, (quizás esté mal escrito, lo siento) en Gorozika |
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Koldo, metiendo mano a Rocinante, hasta dejarlo nuevo |
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Manu y Koldo, padre e hijo, conmigo. El mejor taller de bicis. Muy, muy buena gente. Koldo, gran mecánico. Manu, que también lo es, se atreve, además, con cualquier problema, aportando ingeniosas soluciones. Ziklos Manu. Avda. Erdotza, 20 bajo. 48270 Markina-Xemein. Bizkaia. 946167844. |
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Llantas de madera, antiguas. |
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Manu, con sus preciosas llantas. |
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San Miguel de Arretxinaga |
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Pista de arrastre de piedras (Karrejo) |
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Markina-Xemein |
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Markina-Xemein |
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Markina-Xemein |
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Markina-Xemein |
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Markina-Xemein |
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Markina-Xemein |
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Evolución del ser humano, jajaja |
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Divertida y buena gente, con los que estuve un buen rato, compartiendo. |
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La parcela nocturna. |
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Esta foto es en Gorozika, a las 4,30 de la mañana, cuando la lluvia me despertó. |
Al llegar abajo, había un aserradero donde fabrican cajas de pescado con finas láminas de madera. Muchas y muy deprisa. Hasta ahí, había sido cuesta abajo, pero ya me di cuenta de que el cambio, definitivamente, no funcionaba. No bajaban los piñones. La avería, dentro de lo malo, me permitía subir cuestas, aunque en el llano, fuera a paso de tortuga.
Hasta ahí, sólo había chirimiri pero, al llegar al pueblo, empezó a llover con ganas. Como puede, pedaleando como loco, conseguí guarecerme hasta que pude preguntar por un taller de bicis. Afortunadamente, en el pueblo está el taller de Manu y Koldo, su hijo. En el acto, nada más llegar, Koldo se puso con Rocinante hasta dejarlo en perfecto orden de marcha y Manu, se sacó de la manga una pieza, made in my house, para evitar que la bolsa de los tesoros espachurre los cables del cambio y freno. Un auténtico lujo, regalo de la casa.
Después, Manu, me llevo a la Iglesia de las piedras (San Miguel de Arretxinaga), como yo le llamo, donde tres gigantes pedruscos (meteoritos, dicen), alrededor de los cuales se construyo la iglesia, conforman el retablo del altar. IMPRESIOOOONANTE!!!. Hay una costumbre popular, que dice que el que pasa por el hueco que dejan de dos de las piedras, en el suelo, tres veces seguidas, sin rozarse con ellas, encuentra novia ese mismo día. Eso ha de hacerse el día de San Miguel.
Y no me canso, jajaja, de ver cosas nuevas. En la puerta, hay un arbol, donde dicen que fue ajusticiado el último reo, hace ya muuuuuucho tiempo y una pista de piedras, llamada Karrejo, para las competiciones y retos de arrastre de grandes piedras, bien por personas, bien por animales, o por ambas cosas, a la vez. Al largo de esa pista, se le denomina clavo. Yo, a zancadas, lo he medido y me han salido 30 metros.
Como la lluvia era persistente y había un albergue de peregrinos, decidí quedarme a dormir aquí. María Jesús, me acogió con toda su simpatía y me explicó y enseñó las instalaciones y servidos.
Seguía lloviendo, con pausas. Tras hacer una serie de entrevistas, conocí a un estupendo grupo de personas, con los que pasé un rato muy agradable y divertido. Tras las risas, las fotos de rigor y las cerves que me invitaron, volví al albergue a por mis cosas.
Ahora, sigo en Markina, jajaja, junto a la iglesia de las piedras, mi compañera de nubes y lluvias, jajaja, a punto de esparcirme en mis sueños.
Gracias, muy abundantes, a quien ha hecho ya alguna donación para el viaje. El calendario para su fin, se alarga.
Y siguen pendientes las fotos. Esto empieza a acumularse, jajaja.
Venga campeón, que tenemos que hacer que este proyecto siga adelante!!!!
ResponderEliminarUn abrazo