domingo, 3 de junio de 2012

Pamplona. Vuelta a España en bicicleta. 2012. asi somos en 2012.


Alvaro, después de darme todo tipo de información para moverme por la ciudad y alrededores, se ha tenido que ir a trabajar y a otros compromisos que le tienen ocupado y yo me he ido a recorrer la ciudad. Hoy es el día de los artistas y las calles viven alegres la fiesta con conciertos, actuaciones y exposiciones, entre otras cosas. 
Pamplona, es una ciudad muy amable, con gran vitalidad y con gran cantidad de personas en la calle. A cualquiera que uno se dirija, contestará con gran amabilidad y cortesía. Y me ocurrió una cosa curiosa. Como debo tener pinta de visitante y quizás, para algunos, extranjero, un hombre se dirigió a mí en inglés, para ofertarme posibilidades de alojamiento, ya que me consideró peregrino, muy abundantes en la ciudad. Después de charlar un rato en inglés, jajaja, que me hizo mucha ilusión, sobre todo por la facilidad con la que enganché el idioma, a pesar de mi ignorancia de él, y viendo que llevaba un gorro con la inscripción de Iruña, le pregunté si hablaba español. Y nos echamos a reir los dos.
También aproveché para ir de compras y hacerme con unas zapa(tilla)s, porque las que usaba estaban en un estado deplorable, una gorra con toldo detrás, como la que perdí y unas pilas, para el gps. Y nada más, que el presupuesto no permite ni un estiramiento. Mal asunto, ahora que, por desgaste, he descubierto, a la noche, que tengo un tremendo siete en el culo del pantalón y que mañana es domingo. He intentado coserlo, pero la tela no da más de sí y ha de ir a la basura. Con tanto gasto, me estoy poniendo nervioso, jejeje.
Y más paseos por la ciudad, que amenaza lluvias en sus cielos. Me gusta esta ciudad. Viva, con pulso. En el taller de arte y tatuaje de Gomi, gran persona, conocí a Paloma, maquilladora de efectos especiales, a Chus, la mujer de Gomi, al pequeño Aitor y a más personas, entre ellas a una creadora de rastas muy habilidosa, que las tejía con aguja de ganchillo a una velocidad endiablada (y que, inexplicablemente, no recuerdo su nombre). Entre todos, hicieron que me sintiera cómodo y feliz. Más tarde, el cielo descargó cuanto guardaba en su interior y, empapado, llegué a casa a la vez que Alvaro, que llegaba muy impresionado por la actuación de Sara Varas. Me lo contaba con tanto entusiasmo que, a punto estuvimos de arrancarnos por bulerías. Olé.
Y me fuí a dormir mientras él, partía de viaje a las 12 de la noche.

Reunion de turnos

Las zapas nuevas

Tapeando (ellos) en Pamplona




















¡Todo eso que se ve, es falso!


1 comentario:

  1. Como me alegra saber que andas bien, y que existe gente que te da tu apoyo.

    Creo que deberias plantearte instalar en el blog, algun boton de "Donar" desde Paypal...

    Si necesitas alguna colaboración dimelo... No puedo mucho, pero lo que este en mi mano cuenta con ello...

    Un abrazo.

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