viernes, 8 de junio de 2012

Pamplona-(Iribas)Lekumberri. 45 km. España en bicicleta. Asi somos en 2012


Mira que me levanté pronto para no salir con la calorina y tal, ¿no?. Pues, al final, salí con la calorina, jajaja. Así las cosas, intenté relajarme y decidir un rumbo pues, aunque parezca mentira, no sabía para donde tirar. Me habían hablado de ir por Logroño, Burgos y etc. No lo desdeñé. Había pensado ir por Vitoria, para pasarme por la "Orbea" y pedirles explicaciones de haber porqué no me han donado una bici, jajaja. Y para explicarles, de paso, con simpáticas y bonitas palabras que, en mi opinión, ha sido una inadecuada acción, jajaja. Porque digo yo: ¿Cuanto les cuesta a ellos una bici?. Cualquier anuncio, por baratillo que sea, cuesta más, a una fábrica, que una bici que voy a pasear por toda España, que tiene una página web y un blog con bastantes visitas, que tal y tal y, sobre todo (eso es lo que yo buscaba), que pesa unos cuantos kilillos menos que los que ahora arrastro. Eso iba a decirles. 
Pero Rocinate, el muy cuco, que me lee el pensamiento, se ha puesto mohíno. Lo ha disimulado muy bien, pero cuando he salido de la panadería, antes de emprender el camino, hacia no sabía dónde, me lo he encontrado llorando y se me han abierto las carnes y los lagrimales, a mi también. Y ahí sí he decidido la ruta. A Donosti. Orbea, con sus bicis y yo, con la mía, como debe ser. Gracias Orbea y Rocinante, por abrirme los ojos!.
Al trote ligero, pero sin prisas, abandoné Pamplona, camino de Lekuberri, por lo menos. La nacional, sin mucho tráfico, por fortuna, no era muy matapiernas y, al tran tran, con la ligereza que dan las decisiones bien tomadas, ibamos los dos cantando por la bajini. Tras mil paradas para mis demasiadas fotos, llegamos a Irurtzun. Me detuve para hacer una preguntas del camino y, después de irme y salir del pueblo, volví otra vez para intentar hacer alguna entrevista, ya que Navarra llega a su fín. Hablando en el bar de Katti, Oscar me pregunto dónde iba a comer. Y, antes casi de que le contestara, ya me había invitado a su casa en Etxeberri. Encantado de comer en plato, con la buena compañía de Oscar y sus hijos, el tiempo se pasó volando (Mil gracias, Oscar, ha sido un verdadero placer). A las puertas de su casa, hay una fuente en la que paré a llenar la botella y, poco más adelante, también paré para una foto.
Un encantador señor mayor, me recomendó que cambiara mi ruta pues, llegando al mismo sitio, era más bella. Le hice caso y, no sé cómo era la otra, pero esta ha sido para no olvidar. Con las anchoas del cantábrico como combustible, que Oscar cocinó, entre otras cosas, subí el puerto de Zuarrarater como quien se sube a una silla, parando, sólo, para hacer fotos y arrancándole las pegatinas a las "carbono" que también subían, jajaja. Y luego a bajar entre prados y pueblecillos pequeños, bosques y otras maravillas
Y aquí estoy, más contento que un San Luis, en el prado de la iglesia de un pueblico encantador llamado Iribas, que está muy cerca, aunque en un alto, para variar, de Lekumberri. 
Oremus.



Sarasa

Sarasa

Sarasa

Sarasa

Sarasa

Lavadero de Sarasa

Sarasate

Sarasate


Añadir leyenda


Templo Budista. A puto estuve de ir a saludar a Buda, pero lo consideré una interferencia a mi amigo Santiago.

Caballos de la zona

Campanas de Etxeberri

Etxeberri

Etxeberri. Ahí está la casa del gran Oscar y su familia


Hayedo.

Subida al alto de Zuarrarate


Madoz

Madoz


Madoz

Madoz

Primeros carteles en euskera 

Oderitz

Oderitz

Oderitz

Oderitz

Oderitz

Oderitz


Astitz

Astitz

Astitz

Astitz

Astitz

Astitz

Astitz




Iribas

Iribas

Iribas

Iribas. Suelo de la entrada de la Iglesia

Iribas. Techo de la entrada de la iglesia

Mi campamento en Iribas


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