miércoles, 16 de mayo de 2012

Valls de Torroella (Sant Mateu de Bages)-Hostal Fontelles. 29 Km.



Ayer, y han pasado muchísimos días, he perdido, creo, mi maravillosa gorra con toldo trasero. Ocurrió mientras estaba entrevistando a gente en Valls de Torroella, así que, esta mañana, lo primero que hice, fue acercarme al ayuntamiento para ver si la tenían. Infructuoso intento. La gorra, cansada de recibir sudores y sol en toda la cocorota, ha decido andar por su cuenta y se las ha pirado.
Pero estaba en el ayuntamiento y ahí tienen internét para el viajero. Me enchufé y estuve cargando todito el material pendiente, hablando y viendo como, el tiempo, se me escurría entre las manos, hasta casi las 12 de la mañana, que me puse en marcha. 
Y, el invierno sigue siendo mi compañero de noches y ya me va pareciendo raro. O yo soy muy friolero (no lo sé, antes no lo era). O la humedad me mata. O hace frio de verdad y mi equipo no es lo mejor que podría llevar, pero está siendo una puñeta que, por las noches, no consiga estar calentito, leñe. La verdad, es que esta mañana la tienda estaba empapada, incluido el bajo suelo. La vez que más.
La ruta que llevo decidida, pasa por Cardona y Solsona y, desde ahí, en principio, voy a las cercanías de Lleida y luego a Zaragoza. Hoy, lo hice, hasta llegar a Cardona, por la carretera, con cierto tráfico. No estuvo mal. Alguna subidita y tal, pero nada para llorar. Donde si que he llorado, ha sido para llegar a la ciudad y luego al Castillo. Y ya se porqué los franceses nunca pudieron hacerse con la fortaleza. Está tan en lo alto, que cuando llegaban las tropas napoleónicas, llegaban derrengados y no tenían fuerzas ni para bostezar, quedándose dormidos en cualquier lado, para cabreo de Napoleón. Lo contrario de lo que les ocurría a los defensores. Al vivr allí, y estar todo el día subiendo y bajando esas tremendas pendientes, estaban duros como el acero. Tanto, que las armas, rebotaban en sus carnes y, si no llega a ser porque Barcelona se rindió, lo que provocó que ellos les siguieran al quedarse solos, los franceses seguirían esperando y durmiendo.
Esta mañana, milagrosamente, he encontrado 20 euros que perdí, dentro de la tienda, hace unos cuantos dias¿?. Y, en Cardona, lo he celebrado comiendo un menú brutal de espaguetis y alcachofas que, por cierto, estaba buenísimo y abundantísimo. Especial para el viajero ciclista, en el restaurante 4 cantons, donde hice alguna entrevista.
Una de ellas, fue a una médico que trabaja en el Cap de aquí y, cuando ya se había ido, me acordé que tengo pendiente la segunda vacuna de la antitetánica,  de cuando el clavo en el pie. Subí, como no, al Cap y pregunté por ella, pero ya se había ido. El caso, es que me la han puesto, y ya me puedo atravesar las carnes con clavos oxidados, sin que me inmute. Eso me han dicho. Aunque aún me falta la tercera fase dentro de seis meses (ufffff, no me voy a acordar, jajaja).
Y otra  vez a subir camino de Solsona, pero por una carreterilla preciosa, amarilla, con muy poco tráfico y mucho encanto. Que duro es el pedal!!!, jajaja.
Y a pasar fresquito otra vez, porque ya lo hace, voto a Brios.

Castillo Cardona

Antigua mina



Vista general Cardona casco antiguo.

Patio Castillo y Parador

Puente del diablo






Visita al Cap, para que me pusieran la 2ª dosis de vacuna

calle Cardona

Casino

Minas de sal



Vistas desde la carretera del valle 

Caserón y campos cultivados

Torre de pozo para elevación del agua




Mi parcela de hoy

1 comentario:

  1. Bueno, apañero, que tengas frio es normal, es lo que tiene que viajar por el norte....

    Oye, me tienes despistado... ¿Ande carajo vas?.... Me estas cogiendo un complejo hormiguita, de un lado para otro, de aqui para alla..... :D

    Un abrazo, me alegro que andes bien.

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