Cuando llegué a Ribadesella, en mi cabeza era para estar un sólo día, sin embargo, las páginas web, la climatología adversa y, sobre todo, mi gran amigo Coti, que me lo ha permitido, han dilatado mi estancia en ésta bella Villa. Y me ha venido bien, porque la rodilla izquierda, parece que quedó tocada en la caída y va a peor, con dolores, a veces, bastante intensos.
El otro día, al volver de la visita al mar, encontré a una persona con una bicicleta cargada de abalorios y elementos de iluminación, además de un carro de transportar niños que, ocupando su lugar, estaba lleno de equipaje. Era Gilberto "El poeta de Mieres".
Minero jubilado por razones políticas, se dedica a recorrer España, entre otros países, en su pesada y cargada bicicleta y, a veces, en tren o autobús. Malvive de una pequeña paga del estado, mientras se arreglan unas gestiones que le permitan cobrar su jubilación completa, tras más de 20 años en la minería, cosa que espera que ocurra la semana que viene.
Le pedí permiso para fotografiarle y él, me pidió cinco euros de ayuda. Ya sabéis mi situación, pero entre viajeros, siempre hay ayuda y prioridades. Lo mejor de los 5 euros, que le dí, es que fue la razón por la que empezamos a charlar. Y que me invitara, con ellos, a una cerveza mientras charlábamos.
Me contó que, a pesar de recibir una paliza en Galicia, por su condición de homosexual, ello no le impide valorar a la gente en su máxima nota, y estar agradecido a la totalidad de la humanidad. Viaja de aquí para allá sin rumbo fijo, según su instinto y, mientras tanto, toma fotografías, de las que tiene miles, y escribe poesía, lo que más le gusta. Le pregunté por el peso que transporta y me contó que, en las cuestas, las sube empujando y a pie y que, en Galicia, fue multado por ir sin casco.
Estando con él, conocí también a Mª Esperanza y a José, Gasca, como dice que le conocen. Ella es poeta y, como tal, departió largamente con Gilberto.
José Gasca, es especialista de coches y ha trabajado en tantas y tantas películas, que no puede no recordarlas. Julio Medem, Santiago Segura, amiguete de él, Pilar Miró, entre otros muchos directores, le eligieron para sus producciones.
También trabajó para Rodriguez de la Fuente, del que tiene una opinión muy diferente de la mía. No iba con él, el día del accidente, porque su contrato era de fijo discontínuo, pero su relación laboral fue de años.
Ahora, está prácticamente retirado y se dedica a otros menesteres relacionados con el alquiler de bicicletas y el catering. A Gilberto y a mí, nos invitaron a sendas cervezas para aliviar la sequedad de la charla, jajaja. Gracias!!!.
También he tenido la fortuna de ver la procesión de la Virgen de Guía, patrona de los pescadores y no del pueblo. La procesión nocturna se ha recuperado después de mucho tiempo. Fue muy emocionante. La celebración se dividió en dos días. El primero, nocturno, para bajarla de su ermita y el segundo para salir, en barco, al mar a las 19,30 horas de la tarde.
La sirena de la rula y los explosivos cohetes cada tanto, junto con la banda de gaitas, acompañaban a la virgen, muy guapa, que iba llevada en andas, por ocho personas. Con ella, los monaguillos, el cura, las señoras, de negro, con sus peinetas y mantillas, los gaiteros, la autoridad, la gente....bonito, muy bonito.
Y la salida en barco, impresionante. Sobre cincuenta embarcaciones, acompañaron a Guía en su recorrido por el puerto y su salida al mar, entre otros, la guardia civil de mar, que también formó parte de la comitiva.
Mañana, llueva o nieve, salgo, con cierta ansiedad por llegar a Santiago y cambiar algo de clima. Tanta lluvia me está mojando bastante, jajaja. Seguro que luego la echo de menos, bajo el sol abrasador!.
Y muchas, muchísimas gracias a Coti, sus amigos y hermana, que me han colmado de calor.
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