lunes, 14 de mayo de 2012

La Vila

El monte es una pasada y perderse por él, atento a los espárragos, es un disfrute. La primavera hace que la naturaleza explote salvajemente. Todo está verde y frondoso. Quiero ser vaca.
La vida aquí, con mis amigos, es un gran placer y, a pesar del mal tiempo, más bien regular, hasta la lluvia y la tormenta aumentan la belleza del "cuadro". ¡No me quiero irrrrrrrr!, jajaja. Ayer, limpie a fondo la transmisión de Rocinante y estoy deseando probarla y también cogí un buen manojillo de espárragos mientras intentaba llegar a la pequeña cascada del rio.
Como loco, salté mentalmente de loma en loma, viendo los pequeños núcleos urbanos de las cercanías. Los rastros de jabalíes son constantes y los debe de haber en abundancia, aunque no he visto a ninguno.
Hoy, hemos excursioneado a Gallifa, el único ayuntamiento gobernado por Solidaridad Catalana para la Independencia. Tiene censados 206 habitantes, pero no me lo creo, jajaja. Apenas he visto a un ciudadano por las calles. Pero eso me suele pasar cuando llego por las mañanas. La gente está trabajando y los niños en los coles.
Es un pueblo con encanto. Casi diría que no es ni pueblo. Es un grupito de casas aquí, otro allá... y, la mayoría, de piedra, como las originales. Aquí vive, además, un amante de las motos clásicas, Jordi Fornas. Sus máquinas, de otro tiempo pero en perfecto uso me han cautivado. El, las restaura con un nivel de perfección absoluto y se inventa ventilaciones del tambor de freno trasero con unos preciosos orificios de salida y un tirador de cajón, como entrada, del aire. Una belleza.
Me habría quedado muchísimo más tiempo con él, hablando de motos, mi otra pasión. Pero había que marcharse.
Y el resto del día, se me ha quedado corto. El tiempo pasa volando. Mañana me marcho, con pesar y alegría.
La alegría, por meterme otra vez en el camino, volver a las raíces del viaje, porque esto, han sido unas vacaciones camufladas. Lo echo de menos, volver al ritmo ya casi perdido. Y estoy hecho una piltrafa, deportivamente hablando. Pero, Rocinante, con su nuevo tren de marcha, se que me echará una mano.
Y el pesar, porque dejo esta maravilloso hogar, que Ana y Paco tienen. Desde que llegué, he disfrutado de sus contínuas atenciones. Gracias.

La Vila, desde lejos


La Gallifa

Jordi Fornas, con su preferida.



Mi habita

1 comentario:

  1. Ufff... Me tienes que decir donde vive ese artista de las motos.... Que envidia madre, que envidia!!!!

    Venga perezoso!!!!! Que el resto de españa esta esperandote.....

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