martes, 15 de mayo de 2012

La Vila-Sant Mateu de Bages. 70 km.




Pañuelos de lágrimas he dejado, a cientos, en la Vila. Y todo, por que no quería irme, jajaja. Al final, amordazado y con Rocinante en el coche, me han depositado mis amigos en la carretera y, sueltos los nudos, han salido volando, jajajja. Lo he pasado de maravilla y se me ha hecho corto, como cada vez que me detengo en casa de alguien.
Por cierto, quiero avisar,a través de éstas páginas a Javier y Mª Carmen, de Mataró, que me habían invitado con todo su cariño a pasar unos días en su casa de Mataró, que finalmente no voy a poder  disfrutar de su casa y compañía, por cuestiones de ruta. Pero queda pendiente. Un fuerte abrazo, muchas gracias y feliz embarazo!.
Y, a Xavix, que no sé exactamente dónde estás, aunque creo que me estoy desviando de tu zona, pienso. Si no fuera así, me gustaría charlar y que nos viéramos, seguro.
Y al pedal de nuevo. La verdad, es que me ha costado menos de lo que pensaba que me costaría y, aunque la carretera no ha sido plana, lo he llevado con mucha filosofía y placer. Además, la climatología ha sido bastante benevolente. Por la mañana hizo calor, pero suave. Más adelante, el sol picaba lo suyo y el viento, se puso contra mí, aunque suave, por fortuna.
Estoy asombrado de lo verde que es toda esta zona. Cualquiera diría que estoy por el Cantábrico. Los montes, están absolutamente repleto de árboles, los campos de cultivo, verdes e incluso rojos de amapolas, hay casas muy grandes, masías, de mucha antigüedad y belleza, de piedra. Y estoy en la Cataluña profunda, me han dicho.
En la carretera, de repente, ruido y jaleo de sirenas. Me ha pasado un coche de la Policia Local, creo, a todo trapo y luego los bomberos. Y más tarde... yo sólo en la carretera. Hasta que llegué al desaguisado, ha sido un disfrute de calzada únicamente para mí. Desgraciadamente, 2 coches habían chocado. La fortuna es que a mí, por ser tan poca cosa, me han dejado pasar mientras todo el mundo estaba detenido en la cuneta. Y menos mal, porque he atravesado dos pequeños túneles que, con tráfico, no me hubiera gustado hacerlo. 
Pero he gozado bastante del día, hasta que, con el sol bajando, he buscado parcela y, una vez encontrada, me he metido en el pueblo a trabajar un poquillo, que la provincia de Barcelona se acaba.
Sant Mateu de Bages, es un pueblo pequeño, con aproximadamente 700 habitantes, pero lo curioso es que es el mayor, con 102 km2, en extensión, de la provincia de Barcelona. Y, en sus lomas de Castelltallat, estaba la fortaleza que impidió el paso a las tropas francesas. Su alcalde, un placer.















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