Me he levantado muchísimo mejor de los riñones y además me he tomado una pastilla que me ha dejado como nuevo. Y, con ímpetu, me tiré al camino para llegar a Mira, mi destino si nada me lo impedía. El tiempo no era malo. Hacía sol y una brisa muy fresquita, pero llevo ropa de abrigo para la bici, guantes de invierno incluidos.
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Polideportivo de Carboneras de Guadazón |
Me gustan las ruinas y hoy he visitado dos estaciones de tren abandonadas y un caserón-palacio, cantidad de bonitos todos. En uno de ellos, más concretamente en la estación de Arguisuelas, una tabla con clavo incluido, que miraba para arriba, se me ha colado a través de la suela y ha llegado al pie. Ahhhhhhh!, grité, jajaja. Pero la tabla colgaba de mi pie mientras yo daba meneos a la pierna para que se soltara. Cuando, por fín, se desincrustó de mi dolorido pie, no quise ni mirarlo. Con el dolorcillo tenía bastante y en Cardenete, los doctores me ha puesto la antitetánica y me han dado una palmadita en la espalda, deseándome un buen viaje.
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Estación de Arguisuelas |
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Puente del tren |
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Estación de la Gramedosa |
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Centro de Salud de Cardenete |
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La del centro, tiene al puesto para vender cosas que le servirán para su peluquería canina futura |
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Reja de forja de la Iglesia |
La carretera sube y baja constantemente. Ha sido durilla, pero creo que poco a poco voy haciéndome. El asfalto estaba estupendamente, lo único es que no tenía arcén, pero el tráfico era escaso y cuidadoso conmigo. En uno de los puertos, un camión que me adelantó en plena subida, dejó un margen amplísimo para no molestarme con su viento y, al meterse otra vez en su carril, por no sé que motivo, ha estado a punto de estrellarse contra el guardarail, vamos, que lo ha rozado y todo. Era un camionazo y ver que se iba por el barranco me ha puesto los pelos de punta. Menudo susto.
Unas cuantas cuestas después, llegue a Mira. Tiene unos 1.200 habitantes, 1.201 hoy, conmigo, jajaja. De aquí, es el venerable Antón Martín.
Un hermano de éste, cortejaba a una mujer, pero un hidalgo, creo, también lo hacía y le amenazó. El hermano lo molió a palos, una ofensa tremenda, pues en aquellos tiempos, cuando dos hombres se peleaban era con armas y los palos se utilizaban para los animales. Muy ofendido, el Hidalgo, lo asesinó. Enterado Antón Martín, buscó venganza y el otro, enterado, huyó a Granada. Hasta allí se fue Antón a buscarle. Estando en Granada, escuchó a un hombre que platicaba en una plaza. Era Juan de Dios, fundador de los Hermanos Hospitalarios que, enterado de cómo se trataba entonces a los locos, como delincuentes, decidió ayudarles y crear un hospital para tratarlos como enfermos.
Antón, quedó deslumbrado y se unió a su causa, perdonando al asesino de su hermano y mediando, más tarde, ante la Corte Real, consiguiendo que el Rey aceptara abrir en Madrid otro hospital.
También del pueblo, es Dalmacio García Izcara que fundó la veterinaria moderna en España y el Colegio de Veterinarios de Madrid.
En Mira, su cura-párroco, Jesús y su amable y encantadora madre, me ha agasajado con un riquísimo bocadillo de queso con aceite, unos mejillones, plátano, buen vino y café. Lo pongo y especifico para agradecerles su grandísima generosidad. Hablamos de todo y me consiguieron, a través del Alcalde, otra bellísima persona, una cama y agua caliente. El Director del colegio, me ha facilitado internet. Me siento desbordado por tanta gentileza. Así somos.
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Otro puente del tren |
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Formaciones pedrícolas |
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Así marca el gps los cambios de nivel de nuestras carreteras. Un contínuo subir y bajar |
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