martes, 10 de abril de 2012

51 km. Cuenca-Cañada del Hoyo (lagunas). Asi somos en España en 2012. España en bicicleta

9/4

51 km. Cuenca-Cañada del Hoyo (lagunas).
Tocaba rabiosamente emprender el camino, pero me levanté confuso. Mientras preparaba las cosas, empecé a forjar la idea de quedarme un día más. Tenía mil excusas y todas me convencían, pero el día radiante invitaba a ponerse en marcha. Tras hacer una gestión, emprendí la huida de la Ciudad Encantada, que no es la que nos venden, de piedras preciosas, eso sí. Cuenca atrapa. No se que tiene, pero sólo se puede salir de ella, huyendo, de quedarse un día más... y otro...
Salí por la de Teruel, camino de Fuentes, subí el Puerto de Rocho y llegue a un cruce, con un desvío a  Cañada del Hoyo y Las Lagunas: 8 Km, Me atrajo lo de las lagunas y 8 Km., no eran muchos. Me desvié. Hasta ahí, el camino había sido precioso, el puerto, con lo que me espera, no se me hizo imposible y el día radiante, ayudaba a avanzar alegre y contento.
En Fuentes, paré a comer. Comí, en el bar regentado por Mari Angeles, un gigante bocadillo de tortilla con bonito. Me vio con Rocinante y se le iluminaron los ojos. A partír de ahí, fui agasajado con su cariño y atenciones. Trabaja de 61/2 de la mañana al infinito, o sea, hasta que la parroquia decide abandonar la sala. Lleva 18 años ininterrumpidos trabajando,, si cerrar un solo día en todo ese tiempo. Y se declara feliz, muy feliz, pero lo mejor, es que lo declaran sus ojos y su expresión. Y siguen colaborando las personas. Gracias a todas ellas. Después de pasear por el pueblo, engancho de  nuevo y llego al cruce antes dicho.
Mientras bajo una cuesta de vértigo (mañana tocará subirla), veo a lo lejos un pueblo con una fortaleza en la loma. Es Cañada del Hoyo. Me gusta y pienso que ha valido la pena el desvío. Me acerco a una fábrica de mimbre, que estaba cerrada. Me acompaña un perrillo precioso, al otro lado de la valla, ladrando cada vez menos. Los mimbres están secándose en mazos. Es algo característico de Cuenca. 



La tarde va cayendo y toca buscarse la cena. Veo una fábrica de embutidos y venta de ellos y queso. Paro a comprar uno y la señora, un encanto, me regala una buena ración de jamón y un salchichón. Cada día estoy más impresionado con la generosidad de las personas con las que me relaciono. Vuelvo a parar a comprar pan en un restaurante, pues la panadería estaba cerrada. Me lo regalan, también. Gracias. Ya digo.
Con Estefanía, que se preocupó de conseguirme dónde dormir, Francisco a la izda. y Pablo.

Iglesia de Fuentes

Puerta de la Iglesia

Puente de Fuentes

Ayuntamiento de Fuentes

Estación de la Melgosa

Interior de la estación
Y a por las Lagunas. Me han contado, además que, de las Lagunas, no tengo que volver y que tengo un camino a Carboneras de Guadazón. Mejor. Esa muy larga cuesta, me habría costado un disgusto. Llego a las Lagunas. Son Torcas llenas de agua. Voy a la Laguna de la Gitana. Se la conoce así por una leyenda. Cuentan que los hijos de dos familias gitanas, enemigas, se enamoraron. A causa del amor imposible, la amada, perdió el sentido y cayó a la laguna, muriendo. Desde entonces, las aguas de ella cambian, en función de la estación, del verde azulado al blanco lechoso, en señal del amor puro. En el lugar, se clavó una cruz, por eso tiene, también, el nombre de Laguna de la Cruz.


Cañada del Hoyo

Laguna de la Gitana

Laguna del Tejo

Mi hotel

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