Y hoy, empieza el viaje, aunque sólo sea de manera simbólica. Tras las turbulencias de la vuelta y ya más asentado, el proyecto va tomando forma y volumen. Rocinante ya está repuesto de su viaje y sus partes móviles (transmisión) han sido renovadas en su totalidad. Y yo, voy exprimiendo el calendario mientras busco financiación, preparo el equipo y defino la ruta de ataque.
Los nervios empiezan a tensarse y el carro de las ilusiones se va llenado poco a poco. Ya falta menos y las ideas empiezan a ser realidad.
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