jueves, 24 de mayo de 2012

Barbastro-Angües. 29 km. España en bicicleta.



No sé que pasaría anoche, pero cuando estaba medio dormido, entre nebulosas, a lo lejos, oí un ruido, luego un pitido ininterrumpido de coche y más tarde a un hombre gritando a todo pulmón, improperios innombrables. No encontré el teléfono para ver la hora y tampoco me asomé a ver que era pero despejado si que me dejó. Añadidamente, el sol, empezó a dar en la tienda, tan pronto como apareció en el horizonte. Resultado: ojos hinchados y sueño abundante.
Una vez recuperado, a fuerza de dar paseos en la fresca mañana, me puse en marcha con la intención de salir de inmediato camino de Huesca, a 40 km., aprox. Nada, un ratillo. Y, sin embargo, no he llegado, jajaja. Todo el día parando aquí y allá. La primera parada, para ver si le hacía una "entrevista" a un anticuario que vendía un coche muy majete y que por más que esperé no aparecio. La segunda, a quitarme la manga larga, porque el día estaba soleado e iba a pegar bien el Lorenzo, la tercera para ver, de lejos el Monasterio de Puello y a las águilas volando, la cuarta en Peraltilla, pequeño pueblo de aprox., 120 habitantes. Su iglesia, desde lejos, llamó mi atención y allí que me metí. Pegué la hebra con un par de abueletes que se compadecieron de mi carga. fotografié un carricoche con ciertos años que llamó mi atención y me metí en la iglesia, abierta por obras en la sacristía. 
Resulta una iglesia muy kish, gotica pintada y todo muy a su manera. Un encanto. Al salir, Javier, un vecino de treinta y pocos años, estaba en la puerta de su casa y nos pusimos a charlar. Lo primero que hizo, fue ofrecerme entrar a su casa. Me dijo que tenía internet y que, hasta las 14, que se tenía que ir, podía aprovechar para lo que necesitara. Y lo aproveché bien, jajaja. Le llené el salón y la cocina de cables para cargar el ordenador, el teléfono, la batería, etc.
Me contó que vivía en Barcelona y que se vino al pueblo, buscando una vida mejor. Aquí, mientras encuentra trabajo, cría canarios y atiende su huerto. Y no se vuelve por nada del mundo. Agoté el plazo que me dio con su charla y compañía (muchísimas gracias, Javier) y, a las 14,10, me fuí al único bar a comer un plato de riquísimo pollo, con vino y gaseosa que, a modo de favor y con precio especial me prepararon.  
No llevaba nada por la carretera cuando otro pueblo, Lascellas, me llamó. 
Entré corriendo en él, resultando otro encanto con muestras de arquitectura antigua que tanto e entusiasma. Y, aquí, conocí a Joaquín. Otro Barcelonés que ha escapado del ruido para vivir mejor. Joaquín me llevó en su coche a ver la estatua del santo del pueblo, en la colina. Me contó que a dicho santo, hace bastantes años, del tamaño de una persona y media, lo desintegró un rayo. El de ahora, chiquitito, todavía aguanta.
Y salí del pueblo, tras hablar un rato (gracias, Joaquín), camino de Huesca. Hasta que llegué a un rio precioso, en el que estoy y en el que me acabo de bañar y conocer a Jose Luis, que me ha invitado en Huesca a lo que necesite. Gracias. Y la bateria de este parato se muere...... Adios......



Los Pirineos,nevados, al fondo




Monasterio de Pueyo

Peraltilla

Peraltilla


Peraltilla







Lascedillas

Lascedillas

Santo de Lascedillas, que sustituye al anterior, mucho más grande, roto por un rayo

Lascedillas

Restos del antiguo Santo

Rio Alcanadre

Jose Luis, a la derecha y un amigo






1 comentario:

  1. Por lo que me fijo, la ruta es dura, 30km... uff... ni me imagino las cuestas.

    Siempre me arranca una sonrisa saber como la gente buena aparece para ayudarte....

    Gracias por hacerme tener fe en las personas. Un abrazo Juan que el viento infle tus velas....

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